Quiero dedicar una entrada en este blog a un texto que leí y me hizo pensar...
Una niña de seis años trabajando en la clase de dibujo a la que su maestra pregunta: “¿Qué estás dibujando?”, y contesta: “A Dios”; la maestra le advierte: “¡Pero si nadie sabe cómo es!” y la niña responde: “Lo sabrán en unos minutos”. La cuestión, no es que en clase cada alumno conteste lo que le parece, sino que el profesor tenga en cuenta el factor humano, que hay niños que utilizan una lógica distinta, la de la imaginación, y pregunte el porqué cuando vea una respuesta anodina, además de adaptar sus explicaciones y su lenguaje para facilitar la comprensión por parte de quienes procesan primero por el hemisferio derecho. “Muchos de estos chavales acaban engrosando las estadísticas de fracaso escolar, pero no son menos brillantes ni mucho menos, sólo tienen una lógica distinta.
La creatividad es una destreza adquirible, que puede aprenderse y enseñarse, si bien requiere más tiempo y dedicación para esperar hasta que los niños dan con las soluciones correctas, apostar por la flexibilidad, la originalidad, la imaginación, el dejar experimentar, la receptividad a nuevas ideas, el fomentar la confianza…
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